29 de noviembre de 2010

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Slapstick golf: El golf a través de los mejores cómicos del cine mudo

Imagina una película de cine mudo; del gran cine cómico por antonomasia, en la que pudieses unir a los mejores actores humorísticos de toda la historia del cine no sonoro. Seguro que en ese reparto has incluido a los más grandes de todos los tiempos: Charles Chaplin, Buster Keaton, Laurel y Hardy, Fatty Arbuckle, y Larry Semon. Esa película ya está hecha. Es un cortometraje de 8:28 minutos en el que cada uno de ellos aporta su habitual estilo para conformar una hilarante historia de aprendizaje en el golf.


Todo este montaje, con recortes de unas cuántas películas es obra del artista Dizzy Daniels, enamorado del cine mudo clásico y con varias obras como la presente en su haber, en la que se guarda para sí un pequeño papel dentro del corto.
Seguro que a nadie le puede resultar aburrido así el golf. 

*Tengo que dar muchas gracias a Óscar García, editor de Crónica Golf, quién me advirtió de un tremendo error que iba a haber cometido en este artículo. Si te gusta el golf, quieres estar actualizado con toda la información sobre este deporte, o quieres aprender muchas curiosidades y anécdotas sobre el deporte de los 18 hoyos, Crónica Golf es el mejor portal que podrás encontrar. Gracias otra vez, Óscar.

26 de noviembre de 2010

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Vivir y nadar entre pozos de petróleo

Los Ángeles no ha sido siempre conocida por ser la meca del cine, exportadora de grandes estrellas del celuloide o por tener algunas de las playas más paradisiacas del mundo. Durante muchos años fue conocida por ser uno de los grandes puntos de explotación y exportación de petróleo. Tampoco en su skyline destacaba el famoso cartel de Hollywood, ya que este estaba dominado por numerosísimas torres petrolíferas enclavadas a lo largo y ancho de toda la ciudad y sus playas. Los ciudadanos angelinos durante muchos años tuvieron que convivir teniendo como vecinos omnipresentes a las torres de prospección.
Panorámica en 1926 (pincha en ella para ver más grande)


Vista aérea de la zona de los Ángeles en 1928

Fue a partir de 1892, cuando el pequeño pueblo de Los Ángeles, hasta entonces con escasos 10.000 habitantes y dedicados por completo a la ganadería y a la pesca, empezó a convertirse en uno de los centros de producción petrolífera más importantes de todo EE.UU. y por ende de todo el mundo. Pocos años atrás, ya había incrementado notablemente su población al verse atraídos al lugar numerosos cazafortunas en busca del preciado oro, en la llamada fiebre del oro. Fueron dos de estos buscadores de oro, aunque con muy poca fortuna en esta búsqueda, los que dieron un vuelco a toda la actividad y vida de la zona al construir el primer pozo petrolífero en ese año. Estos dos pioneros fueron Edward L. Doheny y Charles A. Canfield, quienes tras ver un carro con alquitrán en las ruedas y preguntar al dueño de este de dónde venía, iniciaron las primeras prospecciones en el lugar señalado, encontrando el preciado y ambicionado ya en esas fechas, oro negro. Para dar con él tuvieron que hacer varios pozos de unos 150 metros de profundidad.

Boardinghouse Tunnelen Adams Canyon. Uno de los primeros túneles en busca de petróleo excavados

Primeros pozos petrolíferos de la zona

Este hallazgo significó el boom del petróleo en la zona. El efecto llamada del oro negro no se hizo esperar y en escasos 10 años la población de Los Ángeles se había multiplicado por 6. A principios de siglo la producción anual rondaba los 3 millones de barriles; en 1908 esta ya superaba ampliamente los 80 millones de barriles.

Pioneros del petróleo en Los Ángeles

Era tan fácil encontrar petróleo que rápidamente se iniciaron las prospecciones en las zonas residenciales. Los propietarios de las parcelas, especialmente en el barrio de Signal Hills, que las habían comprado para uso residencial rápidamente optaron por construir pozos petrolíferos junto a sus casas. Cómo se puede ver en las fotografías que se conservan de la época, en algunos casos, las parcelas eran tan pequeñas que las torres se hacinaban unas casi encima de las otras. Obviamente a ninguno le importaba, ya que se estaban enriqueciendo rápidamente con la comercialización del oro negro.

Barrios residenciales con las torres de petróleo

Haciendo vida junto a las torres de prospección

Casas junto al petróleo

Rápidamente se extendieron los lugares donde buscar el petróleo, y fue en las playas cercanas a la ciudad donde mejores yacimientos se encontraron.  Las principales playas en las que se levantaron estas torres fueron Long Beach y Huntington Beach. Las estampas de las siguientes fotografías se hicieron habituales durante las décadas siguientes, donde podemos ver cómo los bañistas compartían baño con las numerosas torres. Las quejas de los que disfrutaban de las playas eran algo habitual, ya que los continuos escapes y derrames de crudo hacían que este fuese a la playa con la consiguiente suciedad e insalubridad que conlleva. 

Playas inundadas de torres


¿Te darías un bañito aquí?

Durante la década de los 60 y los 70 las reservas de estos yacimientos empezaron a escasear y la mayor parte de ellos fueron agotados lo que hizo que, junto la presión popular de los ciudadanos que no querían como vecinos a los molestos, ruidosos e insalubres pozos, se comenzaran a abandonar y derribar las explotaciones petrolíferas. Los últimos de ellos fueron clausurados a finales de los 80. La ciudad quiso conservar algunos convirtiéndolos en museos u obras de arte, como recuerdo de la historia más reciente y más fructífera de Los Ángeles.

Torres conservadas en la actualidad

Skyline actual de la ciudad de Los Ángeles

23 de noviembre de 2010

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Charabia, la única vez que oímos a Charlot en el cine

Con el estreno en 1936 de Tiempos Modernos, Charles Chaplin decidió que esa sería la última vez que se vería en pantalla a su gran personaje Charlot; el que le había dado la inmensa fama que tenía en esas fechas y que a la postre se ha convertido en uno de los grandes iconos del S.XX. Aunque vuelve a aparecer en películas como Candilejas o El gran Dictador, ya no es el vagabundo que, pese a todas sus penurias, siempre sale adelante con una sonrisa en los labios de todos sus anteriores trabajos. Por ejemplo en el Gran Dictador es barbero. Desde 1929 en Hollywood la mayor parte de la producción cinematográfica ya era cine sonoro. Chaplin, quien había creado y desarrollado en más de 70 películas a un Charlot sin sonidos, no quería que este hablase, su lugar era el cine mudo. El cine sonoro debía estar reservado para nuevos personajes. Sin embargo, no quiso dejar de hacer un guiño a este nuevo cine que acabaría por copar todos los estrenos haciendo que pudiésemos escuchar por primera y única vez la voz de Charlot en una película. El resultado fue la magistral pieza musical Charabia.



Con Tiempos modernos Chaplin intentó, con gran acierto, realizar tanto una crítica al llamado sueño americano como una alegoría a un optimismo necesario para enfrentar los duros tiempos en que estaba sumida la sociedad americana (no hay que olvidar que en esos años EE.UU. estaba en su Gran Depresión). Esta película tiene innumerables escenas que han pasado al imaginario colectivo como iconos del cine en el S.XX. ¿Quién no tiene en mente a Charlot apretando tornillos sin poder comer la sopa en la cadena de montaje? ¿Quién no ha visto al vagabundo intentando salir de la tripas del capitalismo cuando este le engulle en forma de engranajes de maquinaria pesada? ¿Quién no ha acompañado a Chaplin en su despedida caminando junto a Goddard por una carretera sin fin mientras le arranca una sonrisa aún en los tiempos duros (de hecho esta escena es conocida como Smile, sonrisa)?



El tremendo talento de Chaplin hizo que la única vez que a Charlot se le oía en el cine también haya supuesto uno de los momentos más recordados de la película. No quiso que este hablara, pero si que cantara. El talento no dependía de la llegada del sonido al cine. En esta secuencia de la película, Charlot trabaja de camarero en un restaurante con animación musical. Como no puede ser de otra forma, su habilidad como camarero está muy lejos de la que su jefe demanda de él, y le encarga realizar la animación del comedor. Tiene que hacer un número musical con una letra que le enseña su compañera, el personaje interpretado por Paulette Goddard (tercera esposa del director en la vida real). Viendo que The Tramp (nombre del personaje en esta película) no consigue aprenderla, le da escrita en un papel la letra. Charlot lo guarda en una de sus mangas para leerlo durante la actuación. Cuando va a empezar la actuación al salir él al centro de la sala, se da cuenta que ha perdido el papel, por lo que sólo le queda una salida: improvisar.

Estos versos que siguen son las primeras y únicas palabra pronunciadas por Charlot en una película. Charabia, como así es conocida esta pieza musical sin sentido, con mezcla de varios idiomas, francés, italiano e inglés entre otros, y con el añadido de muchas palabras inventadas e inexistentes en ningún idioma. A este tipo de composiciones en los que se habla como suena el habla, pero no tiene ningún tipo de sentido ni traducción se les denomina Gibberish

Se Bella ciu satore
Je notre so cafore
Je notre si cavore
Je le tu le tu le twa


La spinach or la tuko
Gigeretto toto torlo
E rusho spagaletto
Je le tu le tu le twa
La der la ser pawnbroker
Lusern seprer how mucher
E ses confees a potcha
Ponka walla ponka waa,
Señora ce le tima
Voulez-vous le taximetre
Le jonta tu la zita
Je le tu le tu le twaa.


La canción, según reconoció posteriormente Chaplin es una versión totalmente libre de Je cherche aprés Titine, canción que popularizó Lèo Daniderff.

18 de noviembre de 2010

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La apatía de una sociedad: El caso de Kitty Genovese

apatía.
(Del lat. apathīa, y este del gr. ἀπάθεια).
1. f. Impasibilidad del ánimo.
2. f. Dejadez, indolencia, falta de vigor o energía.


Catherine Susan Genovese, más conocida como Kitty Genovese contaba con 28 años el 31 de marzo de de 1964, día en el que tristemente se hizo famosa. Sobre las 3 de la madrugada, recién acabado su turno de trabajo en uno de los bares de Manhatan se dirigió en coche a su casa en el popular condado de Queens. Se apeó y acto seguido un desconocido se abalanzó sobre ella acuchillándola dos veces.

Kitty en la barra del bar donde trabajaba
Este caso figura en los libros de historia de conducta social por lo acontecido durante los interminables 35 minutos que pasaron desde que comenzó la agresión hasta que se personaron en el lugar de los hechos tanto la policía como los servicios de emergencia sanitarios. Kitty, nada más recibir la primera agresión por parte de Winston Moseley, comenzó a pedir socorro y a implorar auxilio a los vecinos de los bloques circundantes quienes comenzaron a salir a las ventanas al oir los alaridos. Sólo uno de ellos gritó: ¡Deje en paz a esa muchacha! En ese momento Moseley se refugió en un callejón cercano para evitar ser identificado, dejando a Kitty malherida en el suelo con sus gritos de dolor y súplicas de ayuda.

Moseley y Kitty
Durante el cuarto de hora siguiente a la agresión, y mientras Moseley estaba escondido en el callejón, ningún vecino bajo a la calle a socorrerla. El asesino viendo que nadie se preocupaba por ella y libre de miradas sospechosas buscó a  Kitty por las inmediaciones del lugar de la agresión; aparcamiento, estación de trenes cercana y portales del edificio, hasta encontrarla tumbada malherida en el portal de la librería situada en los bajos del bloque de viviendas. Durante todos esos minutos le dio tiempo a acercarse a su coche y cambiar la media que llevaba en la cabeza por un sombrero tirolés. Mientras, según relataron los vecinos tras la posterior investigación, Kitty no paró de gritar, ¡Me muero! ¡Me muero! 

Moseley levantó la falda de la mujer, le cortó la ropa interior y la violó (fue condenado a pena de muerte por otros dos homicidios más en los que había practicado la necrofilia. En el juicio, declaró: “Tenía la menstruación”). Le robó los $49 dólares que llevaba en la cartera y se marchó sin que nadie hiciera algo por detenerlo. Tras esta agresión sexual volvió a propinar otras dos puñaladas, éstas mortales de necesidad.

Librería donde falleció Kitty
No se pudo hacer nada para salvar la vida de Kitty; murió en la ambulancia que la llevaba al hospital. El examen psiquiátrico de Moseley demostró que era un necrófilo. Fue condenado a pena de muerte por asesinato. Desde prisión concedió varias entrevistas convirtiéndose casi en una estrella mediática por todo el revuelo que levantó el caso en la sociedad estadounidense.

Lugar donde acaecieron los hechos, se puede ver todas las viviendas que lo rodeaban

Dos semanas después, el periódico The New York Times, a través de su editor A. M. Rosenthal, (posteriormente escribió toda la historia en el libro Treinta y ocho testigos: el caso de Kitty Genovese) sacó a la luz este espantoso caso denunciando la falta de sensibilidad de los vecinos al no acudir en su auxilio o por llamar tan tarde a la policía. Según los datos extraídos de la investigación del caso, hasta 38 vecinos la oyeron gritar en algún momento u otro pidiendo auxilio, pero nadie hizo nada hasta después de más de media hora, cuando Karl Ross, la primera persona que salió en auxilio de Kitty, bajó a la calle a ver que había sucedido. Como explicó posteriormente, había llamado a la policía después de mucha deliberación. Primero había contactado con un amigo  policía en el Condado de Nassau para pedirle consejo y después llamó. Según comentó posteriormente en el juicio, no quería implicarse.

Primera referencia al asesinato en los periódicos
Denuncia de la pasividad de los vecinos en el Times
Este caso fue estudiado por varios investigadores en psicología. La falta de reacción de los vecinos fue denominado por estos especialistas como efecto de difusión de la responsabilidad o Efecto espectador, aunque ha pasado a ser más conocido como Síndrome Genovese. Quizás el análisis más importante sobre este hecho fue el llevado a cabo por los doctores John Darley y Bibb Latané, quienes llegaron a la conclusión de que "contrariamente a las expectativas comunes, a mayor número de espectadores observando a alguien en peligro, menor es la probabilidad de que alguien asuma la responsabilidad de dar el primer paso para ayudar a esa persona". Las razones aportadas para llegar a estas conclusiones incluyen el hecho de que los espectadores ven que otros no están ayudando tampoco, que creen que alguien habrá mas cualificado para ayudar, y que se sienten inseguros sobre cómo ayudar, mientras otros están mirando. El caso de Kitty Genovese se convirtió así en un contenido clásico de la psicología social en libros de texto. 

Vista del edificio donde vivían los 38 espectadores que oyeron los gritos
Muchos perciben este caso como una evolución de la cultura de la violencia y la apatía en la sociedad norteamericana. Otros opinan que fue una noticia inflada por el Times para vender periódicos y que fue un caso mas como tantos otros que se dan a diario en las calles de los Estados Unidos.


La historia de Kitty Genovese ha sido muchas veces aludida en la cultura americana. Películas, libros, canciones y comics se han hecho eco de ella de una u otra manera. En el conocido cómic Watchmen de Alan Moore el personaje Rorschach se convierte en vigilante tras presenciar el asesinato de Genovese. Joan Baez compuso su canción “In The Quiet Morning” inspirada en el caso. En la película Halloween (1978) es el personaje de Laurie Strode quien pide ayuda mientras es perseguida por el psicópata Michael Myers, pero es ignorada por sus vecinos, está basado también en el caso de Kitty. En 1998 se estrenó un exitoso musical en Broadway, titulado Los gritos de Kitty Genovese, que recoge las últimas horas en la vida de la víctima. Estos son sólo unos de los ejemplos de las muchas referencias que ha habido a esta historia en a cultura norteamericana. 

Referencia en el famoso cómic Watchmen de Alan Moore


Quizás este caso no nos sea del todo ajeno en España a la luz de muchas de las últimas noticias donde no han sido socorridas víctimas, habiendo espectadores cercanos.

Lápida de Kitty Genovese
*Este artículo es obra en su totalidad de Roberto Arteaga (aunque no quiera figurar en los créditos)  quien encontró la historia en uno de sus libros de estudio, salvo pequeñas adiciones y complementos por mi parte. Muchas gracias. 
Invito a todos aquellos que no tengan un blog o espacio para publicar historias tan interesantes como esta a mandármelas para compartirlas con todos.

17 de noviembre de 2010

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El cuadrado mágico de la Sagrada Familia

Un cuadrado mágico es la disposición de un conjunto de números enteros en una matriz o cuadrado de manera que la suma de todos sus elementos por columnas, filas y diagonales principales sea siempre constante y la misma. A este valor resultante se le denomina constante mágica.

Cuadrado mágico de la Sagrada Familia
Normalmente los números empelados en la construcción de este tipo de cuadrados mágicos son consecutivos, empezando por el 1 y hasta llegar a n^2, donde n es el rango del cuadrado o de la matriz, es decir, el número de filas o de columnas que tiene. Este tipo de construcciones matemáticas pierden sus orígenes en el tiempo, ya que todo tipo de culturas, desde la chica a la griega, pasando por la árabe o la egipcia los han construido. Se les otorgaban propiedades tanto mágicas como astrológicas y adivinatorias, por lo que no es extraño encontrarlos comúnmente grabados en talismanes.

Antonio Gaudí
En la Sagrada Familia se puede encontrar un ejemplo de cuadrado mágico. Se ubica en la fachada de la Pasión, y es obra del escultor Josep Maria Subirach. Este cuadrado mágico es de orden 4, es decir, es un cuadrado de 4 filas x 4 columnas. La constante mágica en él es 33, la edad de Jesucristo en la Pasión. Algunos investigadores del trabajo y vida del arquitecto catalán creen que la elección de esta constante mágica se debe a una velada alusión que el escultor quiso hacer a la supuesta pertenencia del genio barcelonés  a la masonería, ya que 33 son sus grados tradicionales. Nunca se ha podido demostrar esta adscripción de Gaudí a la masonería. Este cuadrado además cuenta con la curiosidad añadida que la suma de los números en los vértices, así como la suma de los cuatro números centrales también es 3. También se puede sumar 33 si sumamos los 4 números de cada esquina. hay varios cuadrados mágicos dentro del mismo.

Fachada de la Pasión en la Sagrada Familia

Situación del cuadrado mágico dentro de la fachada
En la Sagrada Familia además del cuadrado mágico podemos encontrar muchísimas más figuras matemáticas y referencias a esta, pero esto lo vemos mejor en el siguiente video:


Este artículo forma parte, como viene siendo habitual en la trébede del Carnaval de matemáticas, que ya celebra su VIII edición y en este caso organiza Los matemáticos no son gente seria

11 de noviembre de 2010

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1726 El origen de todas las Vanessas

Vanesa o Vanessa es uno de los nombre de mujer más comunes a día de hoy tanto en España como a nivel mundial, teniendo un considerable auge en las últimas décadas. Sin embargo, no encontraremos ninguna referencia escrita en ningún texto literario o civil antes de 1726. Esto tiene una sencilla explicación: ese año fue inventado el nombre de Vanessa por Jonathan Swift el autor de, entre otras, la famosa novela Los viajes de Gulliver.

Jonathan Swift

Jonathan Swift es sin duda uno de los más reconocidos autores en lengua inglesa. De su vida privada no se sabe mucho, salvo que mantuvo una relación especial con Esther Johnson, hija de un comerciante de la zona. Se rumorea que llegaron a casarse en secreto, pero este dato nunca ha podido confirmarse. Jonathan, muy dado a los apelativos cariñosos, siempre llamaba a Esther, Stella. La otra mujer importante de su vida fue otra Esther, en este caso Esther Vanhomrigh, hija de un comerciante holandés afincado en Dublín, en este caso irlandés. Fue alumna suya y acabó perdidamente enamorada de su tutor, pero Swift nunca correspondió este amor. 
Esther Vanhomrigh
En un poema dedicado a esta mujer, se encuentra por primera vez el nombre de Vanessa, que el escritor acuñó para referirse a Esther de forma cariñosa. Swift para ello utilizó la primera parte del apellido de la chica Van y la primera parte del nombre Essa (diminutivo en inglés de Esther) para crear el Vanessa con el que se refiere a ella en el poema. El título del poema Cadenus and Vanessa, además de contener la referencia a Esther contiene una referencia así mismo, ya que Cadenus es el anagrama de Decano, cargo que ocupaba él en la institución universitaria donde trabajaba.
Una de las primeras ediciones del poema




Puedes leer el poema completo aquí

P.D. he optado por poner 1726, ya que si bien el poema fue escrito en 1713, no fue publicado hasta 1726 por primera vez, siendo este el origen de su popularización.

9 de noviembre de 2010

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El bueno, el feo, el malo... y el que voló el puente dos veces

El cine es, sin lugar a dudas un arte colaborativo. Las películas pueden ser llevadas a cabo con mayor o menor escasez de medios, pero incluso éstas requieren de la coordinación de varios grupos de trabajo simultáneos y distintos. Muchas veces esa coordinación, por su falta, lleva a que ocurran accidentes; uno de los más costosos de la historia del cine, y quizás el más costoso de todos los que han ocurrido en películas rodadas en España fue el que acaeció en 1966 en el rodaje de El bueno, el feo y el malo, dirigida Por Sergio Leone y protagonizada por Clint Eastwood, Eli Wallach y Lee Van Cleef. Sin duda es uno de los títulos más emblemáticos tanto de  los actores como del director y una de las referencias en lo que posteriormente ha sido conocido como Spaghetti Western. La película también ha pasado a la historia por la excelente banda sonora de Ennio Morricone, cuyo tema central El éxtasis del oro está siempre en los primeros puestos de las mejores B.S.O. de la historia. ¿Quién no recuerda este pasaje de la banda sonora? Quizás más conocido que la propia película

Uno de los carteles de la película


La película fue principalmente rodada en España, entre los desiertos de Almería y varias localizaciones en Burgos, en las inmediaciones de Salas de los Infantes y la Sierra de la Demanda, corazón del Valle del Arlanza. En ella participaron más de 1500 extras españoles, entre militares profesionales y vecinos de las localidades cercanas. No cobraban nada por esta participación, pero se remuneraba con 500 pesetas de entonces a los extras que se  presentasen voluntarios en las escenas más arriesgadas del film. Saltos desde caballos, si se lanzaban desde un puente al río, caídas por terraplenes....

Momento de un descanso del rodaje del rodaje


La trama gira en torno a tres pistoleros que buscan un tesoro durante la guerra civil estadounidense. Uno de las más importantes pasajes reside en la intención de volar el Puente de Langstone sobre el Rio Grande (se llegó a represar el río Arlanza para que subiese su caudal y se pareciese más al original). Para la escena, los ingenieros zapadores del ejército español levantaron un puente de madera. En este puente suceden varios pasajes de la película, pero su misión principal, era su voladura en uno de los episodios claves del film.

Trailer de la película

En cualquier largometraje, las escenas con explosiones, voladuras, destrucciones en las que interviene explosivos suelen ser las más costosas. La creación de lo que hay que explotar, y el riesgo de reconstrucción si la toma no sale bien, con el coste que conlleva, hace que sean minuciosamente cuidadas  para evitar posibles sobrecostes altos de la producción.

Puente construido

Cuando todo el equipo estaba preparado para el rodaje de la escena donde se debía volar el puente, a la espera de la señal de Sergio Leone, sucedió el primero de los infortunios. La orden convenida era: ¡Vai! (¡Vamos!) pronunciada por el director a través de un walkie-talkie y en ese momento el capitán de los ingenieros militares españoles que había construido el puente tendría el honor de apretar el detonador que reduciría a escombros el puente en el que había colocadas suficientes cargas de dinamita. Pero momentos antes de la señal del director, por el mismo canal de radio uno de los ayudantes de la película, dirigiéndose a otro de los miembros del equipo, ajenos a la voladura del puente, le dijo ¡Vai! ¡Vai! refiriéndose a un asunto que llevaban ellos dos en el rodaje. El capitán español, no distinguiendo la voz de la de Sergio Leone, obedeció inmediatamente y pulsó el detonador.

Momento de la voladura del puente en la película


El puente fue destruido inmediatamente tras la detonación, pero no había ninguna cámara rodando la explosión, segundo de los infortunios, por lo que ninguna imagen de esta accidental voladura pudo ser utilizada en el montaje final. Para fortuna del productor de la película (Alberto Grimaldi) en ese momento no había nadie sobre el puente ni las inmediaciones, por lo que no hubo que lamentar daños personales. El miembro del equipo que pronunció las palabras que no debería haber pronunciado, fue fulminantemente despedido por un furioso Sergio Leone.

El capitán español, avergonzado por su error al confundir las voces se comprometió a reconstruir un puente idéntico al destruido, para lo que se valdría de las imágenes ya rodadas en su intención de una recreación perfecta. La reconstrucción del puente se llevó a cabo en tiempo récord mientras se rodaban otras escenas de la película. El militar español sólo puso una condición para levantar el puente de manera totalmente gratuita. Se debía readmitir en el rodaje al miembro que dio la no intencionada orden. Se accedió a la petición y finalmente el puente se reconstruyó. La  escena pudo ser llevada a cabo sin problemas y con la ejecución que podemos ver en la película.

Visita a los lugares donde se rodó la película, tal como están a día de hoy

Como curiosidad añadida, Clint Eastwood sólo aprendió a decir una palabra en español durante este rodaje. Varios de los extras de la película, en los compases de espera de esta entre escena y escena, se dedicaron a coger cangrejos del Arlanza, para después preparar varias cazuelas de cangrejos con tomate y ofrecérselas a todo el equipo. Gran parte de los miembros americanos del rodaje, entre ellos Eastwood, no los habían probado nunca y quedaron encantados con el manjar. Clint Eastwood, todos los día en el rodaje sonreía, señalaba el río y decía ¡¡cangrejos!!

"Es bueno saber que en algún lugar del mundo, llueva o truene, hay un plato de sopa esperándote".

Fuente: Libro: Anecdotario del cine

4 de noviembre de 2010

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La flota de taxis que hizo cambiar el desarrollo de una batalla

A finales de agosto de 1914, en los albores de la 1ª Guerra Mundial, los ejércitos alemanes ya estaban cerca de las inmediaciones de París. La aviación alemana había lanzado sobre la capital francesa miles de folletos propagandísticos anunciando su próxima invasión. Desde su posición a escasos 30 kilómetros de París podían divisar la cúspide de la Torre Eiffel. El plan de invasión alemán era el conocido como plan Schlieffen (que movilizaría un total de más de 1.500.000 de combatientes para invadir toda Francia desde su flanco occidental). La observación de esos aviones y la captura de varias transmisiones de radio desde la antena situada en la Torre Eiffel hicieron que los generales franceses se dieran cuenta de las verdaderas dimensiones del plan de ataque que tenía el ejército alemán. Pero tenían un problema, la mayor parte de sus tropas estaban lejos del Río Marne, donde estaban situados los alemanes; era preciso elaborar un plan para acercar lo más rápido posible a los combatientes franceses al frente. Había que reforzar las filas del 6º ejército francés que se encontraba en las orillas de este río y acercar a los 6000 soldados que se encontraban en París antes que los alemanes llegasen a la capital.

Situación del frente de batalla en 1914

En París había 6000 soldados dispuestos para el combate, pero el escaso número de vehículos militares para un desplazamiento rápido era un gran problema para una movilización de tal calibre. En ese momento el general al cargo de la defensa de París, Joseph Galliéni tuvo la idea que cambiaría el transcurso de la batalla, y que a la postre sería decisiva para la victoria final francesa. Se daría instrucciones tajantes de movilizar a todos los taxis disponibles en París para que llevasen a las tropas francesas al frente.

Taxis recogiendo a las tropas
Taxis con los combatientes destino el frente de batalla

Esta orden llegó el 7 de septiembre. Todos los taxistas recibieron órdenes estrictas de no coger a ningún pasajero a partir de ese momento y hasta nueva orden, y presentarse a la hora señalada en una gran explanada a las afueras de París. Algunos de los taxistas optaron por poner en su coche el lema "Nuestro país nos necesita, debemos ir a la batalla". Hacía las 22.00 de esa noche los taxis comenzaron  a aglomerarse  en la plaza de Los Inválidos donde los taxistas reciben la orden de partir inmediatamente hacia el frente transportando armamento, víveres y militares. Quedaba un pequeño detalle por arreglar: la tarifa que recibirían los conductores por los servicios prestados. Finalmente y tras unas cortas negociaciones se llegó al común acuerdo de remunerar a los taxistas con un 27% de lo que marcase el taxímetro al finalizar todos los desplazamientos (este modelo de taxi fue el primero en incluir taxímetro en el sentido moderno).

Taxis reunidos en la plaza de los Inválidos

Video de las movilizaciones

(clic en la imagen para ver, se abrirá en otra ventana)

Más de seiscientos taxis, la mayoría de ellos fabricados por Renault se presentaron en el lugar y hora señalados. Cada uno de ellos podía desplazar hasta 5 combatientes. Todos los taxis tenían que hacer el viaje al frente dos veces siendo este de unos setenta y cinco kilómetros entre ida y vuelta. Esto  no era obstáculo para los voluntariosos taxistas. Todos ellos tenían claras órdenes de realizar todo el viaje con las luces apagadas; estas travesías se realizarían por la noche y si no lo hacían en completa oscuridad podrían ser avistados por soldados alemanes o por los pilotos de aviación germana. 

Video de las movilizaciones

(clic en la imagen para ver, se abrirá en otra ventana)

Otro de los problemas a los que tuvieron que hacer frente los taxistas parisinos era la escasez de agua potable que había en aquellas fechas en París y que hizo que desde el ejercito se les suministrase vino para calmar su sed durante los viajes. Es de extrañar que sin luces y con vino como única bebida fuesen muy pocas las bajas que se produjeron en todos estros desplazamientos. 

Modelo de Taxi Marne conservado en museo

Esta fue una de las primeras operaciones de desplazamiento de infantería motorizada que se dio en la historia. El general al mando francés, Joseph Joffre, celebró como una de las mayores victorias posibles el 12 de septiembre. Había conseguido lo que un par de semanas atrás parecía impensable; hacer retroceder al potente ejército alemán comandado por el mariscal Helmuth von Moltke. Una vez acabada esta batalla, conocida como la 1a Batalla del Marne, los sucesivos combates tuvieron lugar en la denominada guerra de las trincheras. 

Monumento homenaje a los Taxis Marne y a todos los combatientes de la Batalla del Marne

Concluida esta batalla el pueblo francés tuvo a bien reconocer la importantísima aportación de los taxistas en la victoria así como del Renault 8CV, coche fabricado por primera vez en 1906 y que disponía de un motor de cilindros y 9 HP de potencia.A partir de esas fechas, el 8 CV de Renault fue renombrado como el Renaut Taxi Marne, nombre con el que ha llegado hasta la actualidad. Así mismo, Louis Renault fue considerado como héroe nacional al finalizar la Gran Guerra, por la vital importancia de sus vehículos a lo largo de todo el transcurso de la 1ª Guerra mundial.

Louis Renault

Fuentes y más información: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8