5 de mayo de 2010

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La increible historia de Lillian Virginia Mountweazel





La edición de 1975 del prestigioso  New Columbia Encyclopedia, traía recogida la biografía de Lillian Virginia Mountweazel. Según esta entrada de la enciclopedia, Virginia había sido una fotógrafa estadounidense que murió trágicamente a los 31 años. 
Supuesta fotografía de Virginia
Investigando un poco más sobre su vida, se llegó a la conclusión de que este personaje nunca existió. Uno de los editores de la publicación confirmó que «Es una vieja tradición en las enciclopedias incluir una entrada falsa para proteger el copyright». Esta tradición se ha mantenido hasta nuestros días, y en la última edición del New Oxford American Dictionary, la palabra intrusa fue esquivalience, la cual fue descubierta como intrusa tras las investigaciones llevadas a cabo por The New Yorker.
La utilización de este tipo de engaños no es exclusiva de los diccionarios o las obras de referencia, ya que por ejemplo en cartografía o realización de mapas, se suele incluir alguna calle inexistente, topónimos imaginarios o puntos de control de ínfimo tamaño en planos digitales, inapreciables a simple vista por la persona que los consulte (o copie) pero fácilmente localizables por aquellas entrenadas para buscarlos.
El término Mountweazel ha quedado ya como fijo para referirse a una entrada ficticia de enciclopedia. En su versión alemana, esta palabra es Nihilartikel, que describe precisamente este acto. Este tipo de actos son normalmente ejecutados para la preservación del copyright, y como método de detección de plagios o infracciones del copyright.
La motivación principal por la que los propietarios de los derechos de autor introducen este tipo de trampas en sus obras suelen ser, además de la simple e inocente travesura divertida a modo de huevo de pascua, la de protegerse de plagios y violaciones del copyright pues es sencillo demostrar si un diccionario o enciclopedia ha sido plagiado dado que, además del resto de entradas, se habrá copiado también dichas falsas. Un ejemplo de entrada ficticia lo encontramos en la Wikipedia en alemán con el término "Leuchtschnabelbeutelschabe", el cual se refiere a un insecto inexistente.
La entrada original de New Columbia Encyclopedia fue la siguiente:
Mountweazel, Lillian Virginia, (1942-1973), American photographer, b. Bangs, Ohio. Turning from fountain design to photography in 1963, Mountweazel produced her celebrated portraits of the South Sierra Miwok in 1964. She was awarded government grants to make a series of photo-essays of unusual subject matter, including New York City buses, the cemeteries of Paris and rural American mailboxes. The last group was exhibited extensively abroad and published as Flags Up! (1972) Mountweazel died at 31 in an explosion while on assignment for Combustibles magazine.
Por lo tanto, esta señorita nunca existió, no nació en Bangs, Ohio en 1942. Tampoco legó el diseño de fuentes por la fotografía en 1963. Nunca llegó a publicar ningún trabajo sobre los Indios Sierra Miwok en 1964, ni sobre paradas de autocares, cementerios de París o buzones de correo alguno. Y obviamente nunca murió a causa de una explosión mientras realizaba un trabajo para la revista Combustiones.
Actualmente en la red existen incluso tributos a su "no" obra como podemos ver aquí con una serie de fotografías y se ha editado un libro sobre su historia.
Esto nos lleva a preguntarnos si en los diccionarios en castellano existirán también palabras falsas o si palabras que empezaron siendo ficticias luego hayan pasado a tener realidad como ha sido este caso. ¿Sabe alguien si esta práctica es habitual entre los editores en castellano?
Más información y fuentes: 1, 2, 3, 4

5 comentarios:

  1. ¿Y cómo sabemos que no has copiado esta entrada de ningún lado? :)
    Conocía el método en el caso de cartografía. En los atlas suelen ser pequeños islotes, pero no me imaginaba que también ocurría en las enciclopedias serias.

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  2. Sabes que no la he copiado porque tengo puestas las fuentes y los enlaces de donde he sacado toda la información :-).

    Yo también había oido este método o similar en el caso de la cartografía, pero desconocía este hasta que lo leí hace poco.

    Salu2 y gracias por comentar

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  3. ¡Uf, eso lo hace todo el mundo!
    Sé llamán... fártas de hortografiá ;-D

    Salud.

    PD: Sí que hace falta un debate sobre el metasentido de las "faltas" de ortografía.

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  4. Me recuerda esta anécdota a un libro que hemos debido leer cuatro gatos y el traductor, no conozco a nadie que lo haya hecho y mira si hablo de libros con gente, en el que un Rey gastaba toda su fortuna en crear mapas y planos de un reino imaginario y donde una pequeña gota de tinta mirada con lupa daba lugar a una curiosa historia.

    Por si alguien tiene curiosidad... PFITZ de Andrew Crumey (¿tendrá algo que ver que lo publicase Siruela por la coincidencia del título con el apellido del Sr. Jacobo?)

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  5. Pues a ver quien es el valiente que los localiza en el Ulysses de Joyce...

    Alaric: Ahora resultará que los hoygan son los negros de los "autores", en otras palabras serían "los hautores"...

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